Para despejar las dudas que podamos tener sobre la gripe nada mejor que hablar con un experto. Hemos entrevistado al doctor Carlos Ramírez, Coordinador del Centro de Salud Salvador Allende y perteneciente al Departamento de Salud Valencia La Fe, y te ofrecemos a continuación toda la información sobre el virus de la gripe.
La gripe es una enfermedad infecciosa, causada por el virus de la gripe (Influenza A, B, y menos frecuente C). Su contagio se produce por la exposición al virus, normalmente transmitido por la vía aérea, entrando en nuestro organismo a través de la vía respiratoria,( nariz, y boca) desde un paciente enfermo, ( a veces en su fase más inicial); que al estornudar, hablar o toser libera los virus al aire.
Defenderse de las enfermedades de transmisión aérea no es fácil; de ahí los brotes epidémicos que sufrimos todos los años. Pero sí podemos extremar los cuidados de los ya enfermos, mediante métodos de barrera o mascarillas, para limitar la eliminación de los virus al aire. En lo posible, en época de alta incidencia de gripe, deberíamos evitar los espacios cerrados o muy concurridos.
La medida más eficaz es lavarse las manos. A pesar de tratarse de una enfermedad transmitida por el aire, las pequeñas gotas de saliva -tras una tos o un estornudo- contienen una gran cantidad de virus, que se depositan en las manos y en las ropas
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La gripe comienza con un cuadro catarral, que se diferencia del resfriado común en que es bastante más intenso. A los estornudos, mucosidad nasal, tos, cefalea, congestión y dolor de garganta se suma una fiebre alta y lo que se conoce coloquialmente como el típico “trancazo” con dolores musculares y de articulaciones. Ocasionalmente algunos episodios de gripe pueden cursar con un cuadro de nauseas, vómitos y diarrea.
La gripe se puede prolongar más de 8 días, y la afectación general es aparatosa: la fiebre es alta desde el inicio, ( superior a 38 º) y normalmente autolimitada. Tras unos cuatro ó cinco días de sintomatología intensa, desciende la fiebre y los dolores musculares, aunque persisten síntomas menores, como la tos, que puede incomodarnos incluso varias semanas.
Cuando hablamos de gripe en realidad hablamos de un cuadro sintomático o síndrome gripal, que puede estar producida por varios virus, el más frecuente el virus de la gripe (Influenza A, B, y C) que es la causa identificada por los virólogos en más del 60 % de las muestras analizadas. Hay otras variantes, como Rinovirus, Coronavirus, Virus Respiratorio Sincitial, Adenovirus, o Enterovirus, responsables de otras variantes del cuadro gripal, con mayor o menor tiempo de duración o mayor componente digestivo.
Los grupos de riesgo son aquellos colectivos en los que por su edad o condición; o por las enfermedades que sufren, existe mayor posibilidad de complicaciones o de agravamiento.
Estos grupos de riesgo son:
El virus de la gripe está en constante mutación. Por eso se producen continuos cambios anuales en los serotipos que van a producir las epidemias invernales.
La estructura del virus de la gripe contiene dos tipos de ido por dos tipos de proteínas que le dan las características de agresividad y difusión. Son la Hemaglutinina , (H) y la Neuraminidada (N). De ambas hay diferentes variantes que, al combinarse, definen la estructura del virus. Son esas múltiples combinaciones (HxNx), las que sirven para identificar y clasificarlos en serotipos.
Todos los años los virus de la gripe circulantes por el globo pueden mutar o cambiar alguna de esas proteínas, configurando un serotipo distinto al que ha circulado y provocado la epidemia de gripe del año anterior. Por lo que al ser un nuevo virus de la gripe puede afectar a un número importante de personas. Las grandes epidemias tienen lugar cuando el virus cambia mucho.
La OMS tiene una serie de laboratorios de vigilancia en todo el mundo, con la tarea de identificar los serotipos que van apareciendo, y poder informar de cuáles son los más adecuados para incorporar a la vacuna de la gripe.
Es muy importante dejar claro que la gripe no se cura con antibióticos. El tratamiento habitual de la gripe es puramente sintomático, es decir, control de la fiebre, el dolor de cabeza, y de los dolores musculares. Para ello usamos paracetamol o ibuprofeno. Para mejorar la congestión usaremos algún jarabe mucolítico, e incluso algún antihistamínico como la cloperastina, si hay mucho taponamiento nasal, tos o estornudos.
Éste es el principal riesgo de la gripe. En personas susceptibles pueden producirse complicaciones, como la neumonía. Pero además, en pacientes con condiciones clínicas de riesgo, pueden descompensar su enfermedad de base.
La evolución normal de la gripe no debe alertarnos. Pero si constatamos una fiebre persistente, un cuadro respiratorio grave, con fatiga, moco purulento; síntomas neurológicos como decaimiento, alteración del nivel de conciencia, sí es importante un control por un facultativo.
En principio la gripe en los niños no debe ser una preocupación importante para los padres. Sí que es recomendable extremar loscuidados previospara evitar que se contagien (lavado frecuente de manos, uso de mascarillas en los casos de epidemias familiares; y evitar los espacios por los que el virus va a circular a sus anchas).
Una vez contraída la enfermedad, las medidas deben ser las generales para cualquier otro paciente. Una buena hidratación, y el uso de antitérmicos mientras sea necesario. En el caso de niños pequeños es recomendado el reposo en cama, y permanecer en casa al menos hasta uno o dos días tras la desaparición de la fiebre. También se aconseja restringir las visitas y no compartir los baños.
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