La piel de tus manos habla de ti: cuídala

La piel de las manos es, junto a la del rostro, la más expuesta a las inclemencias del tiempo. Sin embargo dedicamos muchos más cuidados a nuestra cara que a nuestras manos. Quizá porque las consideramos más resistentes, quizá porque no son nuestra "carta de presentación". ¿O sí?. Cuidar la piel de las manos es muy sencillo, Redfarma te lo resume a continuación

La piel de las manos tiene características diferentes a la del resto del cuerpo. Presenta escasos folículos pilosos y glándulas sebáceas que son las responsables de la producción de lípidos que hidratan nuestra piel y protegen de agresiones bacterianas. Además es una zona expuesta continuamente a factores externos que pueden dañarla. La residente de primer año del Hospital Universitario y Politécnico de La Fe, Jennifer Piqueras García, nos explica cómo podemos proteger la piel de nuestras sufridas manos en invierno:  

- Aplica crema hidratante en las manos varias veces al díaasegurando la correcta penetración en la piel con un masaje. Es recomendable la aplicación antes de acostarte para la reparación nocturna de la piel.

Las mejores cremas hidratantes contienen humectantes (atraen la humedad) y oclusivos (evitan la pérdida de agua por evaporación mediante la colocación de una sustancia sobre la piel). Las cremas a base de glicerina son uno de los mejores humectantes debido a su capacidad de absorberse en la dermis. Dentro de los mejores oclusivos están los aceites que contienen antioxidantes y/o ácido linoleico como aceite de girasol o aceite de oliva.

- Utiliza limpiadores no espumosos como leche limpiadora, aceite o crema. Los limpiadores espumosos son preferidos por muchos pacientes ya que provocan una mayor sensación de limpieza, pero deben evitarse en personas con piel seca porque disminuyen los lípidos de la piel.

- Lávate las manos con agua templada y con un jabón suave e hidratante.

-Sécate las manos delicadamente, sin frotar. En el caso de usar un desinfectante, que sea con hidratante incorporado.

- Hidrátate por dentro para hidratarte por fuera. Sigue una dieta equilibrada con gran aporte de vitaminas que actúan como potentes antioxidantes. Ingiere zumos naturales, vegetales y frutas con gran cantidad de agua y vitamina C. Bebe al menos dos litros de agua al día.

-Usa un protector solar con FPS de 30 o mayor en las zonas fotoexpuestas como el dorso de las manos incluso en invierno, ya que el sol acelera el proceso de envejecimiento.

Cuidado con estas rutinas:

Además de estas recomendaciones, trata de evitar ciertas rutinas que son muy perjudiciales para tus manos. Jennifer Piqueras pone el acento estos actos cotidianos que dañan nuestra piel:

- Uso de detergentes o jabones fuertes (como los antibacterianos), acetona, limpiadores espumosos, baños perfumados, sales de baño y otros productos químicos. Eliminan los lípidos de la piel y perjudican su función de barrera.

- Lavado de manos frecuentes, largos y con agua caliente. Se recomienda utilizar guantes para lavar los platos o realizar otras tareas domésticas en las que se contacte con agua.

- Exposición a cambios bruscos de temperatura: produce rotura de capilares y enrojecimiento de la piel.

- Calefacción en invierno a temperaturas altas: disminuye la humedad del ambiente y aumenta la sequedad cutánea. Se pueden usar humidificadores para aumentar la humedad del ambiente.

- Otros factores que pueden empeorar la sequedad cutánea son la contaminación y la fricción de la ropa.

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