Qué no hay que hacer a la hora de limpiar los oídos

¿Tienes los oídos taponados y el exceso de cerumen te molesta? Tal vez te sientas tentado a limpiar los oídos con bastoncillos o con un chorro de agua ¡pero no debes hacerlo! El canal auditivo es súper sensible, así que debes eliminar la cera que sobra de forma adecuada para no dañarlo. Para ayudarte, a continuación te presentamos una serie de malas prácticas que debes evitar. ¡Atento!

Qué no hacer para limpiarse los oídos

Algunas de las formas más comunes de limpiarse los oídos son también de las más perjudiciales para la salud de nuestro canal auditivo. Se trata de:  

• Introducir bastoncillos o cualquier otro elemento externo: limpiar los oídos con bastoncillos es peligroso porque solemos meterlos de forma oblicua y demasiado profundos, con lo que empujamos la cera hacia el fondo y podemos provocar infecciones en la parte interna. Incluso podemos hacernos heridas o perforarnos el tímpano. Así que ¡olvídalos! Y, de igual forma, no introduzcas en tu oído nada que no haya sido especialmente diseñado para ello: ni algodones, ni conos…
• Echar agua a presión: existe un método para sacar los tapones de cera que se conoce como irrigación, pero solo puede llevarlo a cabo un otorrino con el instrumental adecuado porque el tímpano es muy delicado y el contacto con agua a demasiada presión podría dañarlo. Además podría dolerte, y si se queda agua dentro del oído sufrirás infecciones y dolores agudos. 
• Utilizar gotas sin prescripción médica: algunos tipos de gotas especiales pueden ayudar a que los tapones de cera se reblandezcan y se eliminen con más facilidad, pero para utilizarlas con seguridad estas deben haberlas recetado médicos que sepan con certeza que su uso te irá bien y no te dañará los canales auditivos o el tímpano. 
• Limpiar más de una vez por semana: los oídos, como todas las partes de nuestro cuerpo, tienen sus propios mecanismos para mantenerse en condiciones. Por lo tanto no es aconsejable limpiarlos de continuo porque podríamos alterar el ph de la piel y los ácidos grasos. ¡Una vez a la semana es más que suficiente!

Por último, recuerda que solo debes limpiarte los oídos si la cera te molesta, ya que el cerumen es el mecanismo natural del cuerpo para proteger los oídos de infecciones y de la famosa otitis y debe estar siempre presente. Y si notas que el tapón te duele o pierdes capacidad de escucha, ¡no dudes en acudir a un otorrino!

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