La sensibilidad dental puede convertirse en un gran problema a la hora de comer y beber pero además, puede acarrear ciertas enfermedades que es mejor prevenir. Te enseñamos algunos consejos para combatirla.
La sensibilidad dental es un problema muy común entre la población adulta. Ésta, está causada por la exposición cada vez mayor de la dentina. La dentina es la capa más blanda que se encuentra en el interior del diente, justo debajo del esmalte.
Esta dentina está compuesta por muchos tubos pequeños que se conectan directamente con los nervios, y los tubos contienen un líquido que al comer algo muy frío, o muy caliente, o algún alimento con alto contenido en azúcar, hace que se mueva este líquido y que se ponga en contacto con los nervios. Como consecuencia de este contacto directo con los nervios se produce la tan irritante sensibilidad.
Algunas de las causas que pueden provocar esta exposición, cada vez mayor, de la dentina son por ejemplo un cepillado demasiado brusco. La rutina diaria de cepillarse los dientes, si no se lleva a cabo de la manera adecuada o con un cepillo de cerdas débiles, puede ir desgastando el esmalte y provocando que la dentina esté más expuesta.
También existen enfermedades que pueden agudizar la sensibilidad dental, como pueden ser el Bruxismo, que hace que las personas que lo padecen chirríen sus dientes mientras duermen o aprieten su dentadura a lo largo del día, lo que va debilitando el esmalte. O por ejemplo, la Gingivitis que es una enfermedad de las encías que las inflama y debilita causando así la irritación de la dentina, y por consiguiente la sensibilidad dental.
Te dejamos algunos consejos para disminuir, en la medida de lo posible, los dientes sensibles.
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