Cepillos duros vs cepillos blandos, ¿con cuál me quedo?

Cuando presentamos sangrado de encías o alguna molestia en la boca es cuando nos preguntamos acerca del uso de cepillos duros o blandos en nuestra higiene bucodental diaria. ¿Qué es lo más conveniente?

El cuidado de la salud dental es una cuestión mucho más importante de lo que la mayoría de personas considera. Este hecho provoca que, precisamente, no seamos conscientes de hasta qué punto incide en la salud dental el cepillado y otros cuidados que dependen de nuestros hábitos diarios.

Es por esto que saber elegir entre los cepillos duros o los cepillos blandos se convierte en una prioridad a la hora de comenzar dichos cuidados.

Los cepillos de dientes duros se desaconsejan por norma general. A pesar de que muchas personas piensan que la mayor dureza y resistencia de las cerdas está vinculada con una mejor limpieza dental, esta afirmación no es correcta.

Al emplear un cepillo duro ejercemos mayor presión sobre los dientes. Como consecuencia, podemos estar dañando nuestro esmalte, provocar lesiones en las encías y desarrollar mayor sensibilidad al propio cepillado y al cambio de temperaturas.

Si compramos un cepillo duro y a las pocas semanas vemos las cerdas desgastadas, esto significará que estamos ejerciendo mucha presión con un cepillo que está dañando nuestros dientes.

Lo más conveniente es elegir cepillos de dientes con dureza media o suave. Elegir entre uno u otro dependerá de tus necesidades y de la presión que apliques cuando te cepilles los dientes. Por ejemplo, si tienes gingivitis o sensibilidad dental, lo más adecuado será usar un cepillo de dureza suave, ya que sus cerdas son menos agresivas con las encías y con el esmalte dental.

Generalmente, los cepillos de dientes de dureza media tienen mayor flexibilidad y efectividad en la limpieza para eliminar la placa y los restos de comida sin dañar el esmalte.

Entonces, ¿debo elegir un cepillo de dureza media? Si tu salud dental es perfecta y no presentas ningún tipo de afección, esto es algo que debes ir comprobando tú mismo en función del resultado que te aporte cada cepillo y la sensación de limpieza que experimentes.

Aún con todo, según la doctora Paloma Alférez Álvarez-Mallo, presidenta de Jóvenes Dentistas del Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de España, “las personas que presentan una patología o episodio concreto requieren de cepillos de dientes con diseños especiales: para la ortodoncia, para la enfermedad periodontal, etc.”.

Así pues, elige el cepillo correcto, consulta a tu dentista o a tu farmacéutico y sigue estos consejos básicos:

• Cepíllate los dientes al menos durante 2 minutos.

• Realiza el cepillado 3 veces al día

• Completa tu higiene diaria con hilo dental o cepillos interdentales y con el enjuague de un colutorio bucal.

• No guardes el cepillo en una funda, pues la humedad favorece la aparición de microorganismos y bacterias. Simplemente, límpialo bien después de cada uso y déjalo secar en posición vertical.

¡Cuida tu boca!

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