¿Qué debes saber para un cuidado antiedad correcto? Sigue nuestras rutinas de belleza para intentar frenar los signos del envejecimiento.
Desde el momento en el que nacemos ya empieza la cuenta atrás para el envejecimiento, sin embargo, no es hasta los 25 – 30 años cuando desde el punto de vista estético empezamos a incomodarnos por los signos de la edad, lo que nos lleva a realizar nuestros primeros tratamientos de cuidado antiedad.
Frenar el envejecimiento y sus consecuencias es imposible pero con un cuidado antiedad específico y una rutina de belleza adecuada, podemos ralentizar y suavizar los síntomas, haciendo que nuestra piel tenga un aspecto saludable y cuidado
Cuidando la alimentación con una dieta saludable y equilibrada, practicando ejercicio y utilizando productos para el cuidado antiedad que protejan nuestra piel y le den firmeza, hidratación y elasticidad conseguirás ganar en calidad de vida, lo que se reflejará en nuestro aspecto físico.
Paso 1: Limpieza y preparación
Aunque no se tenga por costumbre aplicar maquillaje, este primer paso se debe realizar sin excepciones. Eliminamos cualquier resto de cosméticos, sudor, polvo o polución. Para ello encontramos productos como tónicos, agua micelar, jabones o leches limpiadoras que facilitan esta tarea. Después de una limpieza en profundidad, el pH de nuestra piel se ve alterado. La loción o tónico es el cosmético por excelencia que cumple a la perfección regular y equilibrar el pH de una forma rápida, además de iniciar el proceso de hidratación del rostro al tratarse de un producto con más del 50% de agua en su composición.
Paso 2: Tratamientos específicos con productos antiedad
Con la piel perfectamente preparada, es el momento de aplicar aquellos principios activos que van ayudar a paliar los signos del envejecimiento, arrugas, manchas, flacidez... Suelen presentarse en forma de suero, ampollita o gel. Se aplican siempre antes de la crema de tratamiento y representan el cosmético con un porcentaje más elevado en principio activo, reforzando y aumentando así la acción de las cremas, son los conocidos Sérum o Vitaminas.
Las cremas y emulsiones además de aportarnos principios activos en la misma línea que los sueros (aunque en un porcentaje más bajo) nos garantizan el confort, hidratación y nutrición que necesita nuestra piel. Se aplican después de la limpieza y del sérum o vitaminas.
CUIDADO DE DÍA: Las cremas de uso diurno tienen una acción de hidratación y protección de la piel frente a las agresiones externas. Muchas de ellaS contienen además filtros de protección solar, pues es el sol el mayor responsable de manchas y de la producción de radicales libres desencadenantes del proceso de envejecimiento celular.
CUIDADO DE NOCHE: Las cremas de uso nocturno se adaptan a las necesidades de la piel durante el descanso. Es cuando nuestras células trabajan más. La cosmética que se aplica durante la noche es fundamental si hablamos de cuidado antiedad. Nutren la piel, la regeneran y aprovechan las horas de mayor actividad celular.
Paso 3: Cuidado antiedad extra
Productos complementarios que nos ayudan a mantener la piel todavía en mejores condiciones. Se aplican de forma puntual una o dos veces por semana o siempre que la piel lo necesite. Hablamos de exfoliantesymascarillas.
EXFOLIACIÓN: Con el paso de los años, la renovación natural de la piel se realiza con mayor lentitud. Por eso conviene ayudar un poco en este proceso. Se recomienda el uso del exfoliante una vez por semana y siempre después de la limpieza del rostro.
MASCARILLAS: Nutritivas, calmantes, regeneradoras, reafirmantes... La mascarilla es un cosmético que se aplica sobre la piel limpia y se deja en exposición un mínimo de 10 minutos para después retirarla. Complementan a la perfección con los demás cosméticos y aportan a la piel muchísimos más nutrientes.
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