Mascarillas faciales, ¿Cómo usarlas correctamente?

Una mascarilla facial es una capa de productos cosméticos o naturales que, tras ser bien aplicados y repartidos por toda la cara, o por una parte de la misma, llevan a cabo funciones que responden a una finalidad estética. Las mascarillas faciales en general, suelen absorber la capa superficial de la piel, exfoliando y retirando las células muertas de la superficie facial. Además, también retienen el agua en la piel y actúan como hidratante, además de atenuar las finas líneas de expresión.

La mayoría de las mascarillas son productos multifuncionales que se utilizan como hidratante y exfoliante para cualquier tipo de piel, mientras que también existen mascarillas especializadas para diferentes funciones, como para el contorno de ojos, o para los diferentes tipos de pieles. Asimismo, también hay diferentes tipos de formatos en los que se pueden encontrar las mascarillas, y que se adecúan a su uso y finalidad.

Tipos de mascarillas faciales y cómo usar cada una

• Peel-off: Estas mascarillas suelen ser utilizadas para eliminar impurezas y puntos negros de la cara. Tiene una textura de gel, y una vez aplicada se seca y se va solidificando hasta convertirse en una película gelatinosa que al ser retirada de la pieza se lleva las impurezas. Su principal función es limpiar la zona T. Para utilizar esta mascarilla con un mayor éxito, es recomendable abrir los poros antes de aplicarla mediante un baño de vapor.
• Fango: Las mascarillas de barro (aunque también pueden ser de algas) se utilizan para tratamientos faciales, pero también corporales o capilares, y además de limpiar en profundidad el cutis, lo hidratan. Según el tipo de arcilla, será más indicada para pieles grasas, normales o secas. Para su uso es necesario repartir la capa de barro y al secarse después de un cuarto de hora, retirarla con agua tibia o una toalla mojada.
• Velo: Es una película de celulosa con colágeno o con otros principios activos variados, como el ácido hialurónico, que en los últimos años ha sido tendencia y que sirven para hidratar, nutrir, relajar o aclarar la tez, dando consistencia y elasticidad a los tejidos faciales. Para su aplicación es necesario masajear el rostro para que la absorción sea más eficaz, y tras 15-20 minutos retirar la película sin necesidad de aclarado.
• Exfoliantes: Las mascarillas exfoliantes incluyen pequeñas partículas que permiten arrastrar las pieles muertas o los puntos negros, y de esta manera exfoliar el rostro. Para su aplicación es necesario masajear la tez en círculos una vez ha sido aplicado el producto, y después se aclara con agua.

La aplicación de mascarillas en algunos casos en los que la piel está demasiado seca o incluso agrietada, deberían realizarse al menos 2 ó 3 veces por semana, mientras que, en un cutis normal, se debe aplicar al menos una vez a la semana para favorecer la circulación sanguínea en la piel y como regeneradora de la misma. A su vez, es aconsejable llevar a cabo estos tratamientos durante la noche, que es cuando hay tiempo para actuar sobre la piel. Por último, si la mascarilla es de arcilla, habrá que cubrirse los ojos con un par de algodones empapados en agua. 

En definitiva, las mascarillas faciales pueden convertirse en tu aliado y en un complemento perfecto para tu rutina de belleza diaria.