Cómo prevenir la otitis

La otitis es una inflamación del oído o de alguna de sus partes o tejidos, y según su localización anatómica se puede tratar de una otitis externa o media. La otitis externa es la inflamación del conducto auditivo externo que normalmente viene dada a causa de una infección, mientras que la otitis media puede estar dividida en dos fases diferentes, no supurada y supurada. Esta inflamación de la zona media del oído está causada por la disfunción de la trompa de Eustaquio y la contaminación de bacterias que produce una infección que puede llegar a ser crónica. Además, la otitis media suele ir acompañada de diferentes enfermedades respiratorias como la rinosinusitis.

Esta patología resulta muy dolorosa, y sobre todo aparece durante la infancia. Las causas son variadas, pero es muy común esta dolencia entre los nadadores, ya que al entrar agua en la cavidad auditiva se puede ocasionar la infección, además, el cloro irrita mucho la fina piel que recubre el oído por dentro, por lo que aún favorece más si cabe la aparición de gérmenes que pueden dar lugar a la infección.

Otra manera posible de causar una otitis es intentar quitar la cera que hay en el oído mediante bastoncillos o con objetos punzantes. Mucha gente tiene la costumbre de introducirse bastoncillos de algodón en los oídos para limpiarlos de cera, pero la cera es necesaria para la protección del oído. El oído externo está recubierto por una capa de piel muy fina con apenas grasa, por lo que la cera tiene la función de hidratar y proteger la piel interna del oído.

Ante las primeras señales es necesario ir al médico y no automedicarse. Aunque en la mayoría de ocasiones es necesario tomar antibiótico, es imprescindible hacerlo bajo supervisión y prescripción médica. Asimismo, al tratarse de una patología tan dolorosa, también será necesario el tratamiento mediante antiinflamatorios, ya que puede llegar a ocasionar dolores de cabeza o incluso de cuello a causa de la inflamación del conducto auditivo.

6 consejos para prevenir la otitis

1. Evita bañarte en aguas que puedan estar contaminadas.
2. Al entrar en el agua, hazlo poco a poco, una entrada rápida podría propiciar la entrada de agua de manera brusca y provocar infecciones en el oído.
3. Si nadas a diario, utiliza gorro y tapones adecuados, es recomendable comprarlos en la farmacia y que sean los indicados para la piscina. Además, es importante secar bien los oídos al salir con la punta de la toalla y girando la cabeza, para eliminar el agua que haya podido quedar en el interior, puesto que la humedad restante también podría ocasionar la aparición de infecciones.
4. No utilizar bastoncillos de algodón o elementos punzantes para retirar la cera, ya que es posible que se obstruya el canal auditivo.
5. Evita los ruidos fuertes de manera continuada y a corta distancia
6. Masca chicle ante los cambios de presión que pueden venir ocasionados a causa de un viaje largo o en coche o al despegar y aterrizar el avión.