Tatuajes, cicatrices y manchas: ¿cómo protegerlos del sol?

Por fin ha llegado el verano. Una frase que nos ronda por la cabeza a todos, si no la hemos pronunciado ya en voz alta y con los brazos alzados. Un tiempo de disfrute, de descanso (para aquellos con más suerte y, sobre todo, con vacaciones).

De sol y playa para la mayoría, sin perder de vista la salud, porque el ocio no nos exime de la responsabilidad de tomar los cuidados necesarios. Principalmente nuestra piel, que es la parte de nuestro cuerpo que más se ve afectada por las mañanas de toalla y arena, haciendo el clásico ‘vuelta y vuelta’ en bucle para coger color.

Una prevención que se debe incrementar cuando tenemos manchas, cicatrices o tatuajes, que se posicionan como las zonas más sensibles de nuestra piel. Lo primordial es utilizar una crema solar con filtro de factor alto (50+) que nos proteja durante todo el día desde mayo hasta septiembre, como valora el dermatólogo Ramón García Ruiz (el resto del año es aconsejable, pero no imprescindible si tenemos cuidado), además de otros productos de farmacia especiales.

En el caso particular de las manchas, estas “tienden a ‘coger color’, por lo que para la misma cantidad de sol, se contrastan más”, se ven más, según García Ruiz. Por su parte, las cicatrices no tienen defensas contra el sol (hay pocas células de color), así que la protección de esta zona debe intensificarse.

¿Y qué sucede con los tatuajes? “No suelen tener ningún problema con la exposición, aunque la radiación ultravioleta tiende a descomponer los pigmentos; es como el típico cartel publicitario que queda al sol y se va clareando”, explica el dermatólogo.

También es importante tener en cuenta no solo la protección de nuestra piel más sensibilizada, sino también cuál es el tiempo máximo que les puede dar el sol. García Ruiz tiene claro que debe ser el mínimo posible.

“Sin crema solar es fácil quemarse a los 20-60 minutos, según el tipo de piel, mientras que con ella (si es de factor 50), podríamos estar tranquilos unas cuatro horas, siempre y cuando evitemos las centrales del día (de 12 a 16 horas)”, recomienda.

Y nunca acudir a una playa o a una piscina sin ropa adecuada, gorra u otros elementos de cobertura que no nos dejen expuestos durante demasiado tiempo a la dañina luz solar del verano.

Todo consejo es poco para proteger nuestra piel y más cuando esta, ya de por sí, se encuentra en un momento frágil como en los casos anteriores. Así que, ya sabéis, ¡hay que cuidar de ella como uno de nuestros bienes más preciados!

Fotos: Claudio García, Srta M y Matías Ignacio Fernández Gaete

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