En los tres primeros meses de edad del lactante se suelen formar unas escamas en su cuero cabelludo, que pueden ser eliminadas gracias a cremas y champús especiales.
Para unos padres primerizos un embarazo se convierte en un terreno pantanoso del que desconocen peligros, riesgos, consejos y contraindicaciones en un primer momento, situación que rápidamente tratan de revertir en una contrarreloj de nueve meses para que ninguno de los casos que se les pueden venir encima les pillen en pañales (y nunca mejor dicho).
Pero ¿y qué sucede una vez el pequeño retoño aterriza en el hogar familiar? Que todos estos miedos y sobre informaciones para el cuidado infantilde esta etapa se instalan en sus mentes. Uno de los interrogantes que se materializa más rápidamente entre los progenitores, ya que se aprecia a los pocos días del nacimiento (o incluso en ese preciso momento), es la razón por la que los pequeños tienen en ciertas partes de su cabecita una ligera capa de piel seca que los médicos enseguida reconocen.
Se trata de la costra láctea, una dermatitis seborreica muy frecuente en lactantes en sus tres primeros meses de vida (un 50-60% de ellos), que se caracteriza por la formación de escamas gruesas, amarillas y grasientas en el cuero cabelludo debido a un exceso de estimulación de las glándulas sebáceas cuando entran en contacto con los microorganismos presentes en la superficie de la epidermis.
Al igual que pasa con el resto de la piel del bebé, y aunque es una afección leve, el tratamiento de esta dermatitis debe formar parte de las rutinas de sus cuidados diarios. ¿Cómo? A través de la aplicación de aceites y de ungüentos que “ablandan las escamas” y de la realización de “lavados frecuentes”, como recomienda Assumpta Ferrero, de la Farmacia Assumpta Ferrero Calatayud (Vila-real).
En las boticas podemos encontrar desde productos específicos clásicos para tratarla como la vaselina salicílicahasta otros más contemporáneos como el emoliente de Kélual, de Laboratorios Dermatológicos Ducray, que permite eliminar las escamas, aliviar las irritaciones y calmar las rojeces. Es una crema suave e hidratante, bien tolerada, que se debe aplicar con un ligero masaje y que se puede utilizar las veces que sean necesarias, aunque se aconseja dejarla actuar durante la noche, según Ferrero.
El lavado también se puede hacer con champús especiales para costra láctea como los de los Laboratorios Babé y Expanscience, con su marca Mustela. Son suaves, previenen la reaparición y no resecan el cuero cabelludo del niño. Eso sí: es importante peinarle después a contrapelo con un cepillo blando o pasarle una esponjita húmeda que elimine las plaquitas de grasa sin rascado. Y nunca levantar la costra seca con las uñas, ya que puede provocarle lesiones epidérmicas y favorecer la sobreinfección.
Cuidados que ayudan a que la delicada piel del bebé en estos meses se restablezca y se mantenga sana y fuera de peligros.
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