Todos los cuidados de la piel son pocos para protegerla y tratarla como se merece. Y es que la piel es el órgano más grande de tu cuerpo y, además, es el muro que aísla y protege al resto de órganos internos del exterior. Entre muchos de los cometidos que la piel tiene, podemos encontrar:
- Ayuda a controlar la proporción de agua y sales minerales que el cuerpo necesita.
- Contribuye a que la temperatura corporal se mantenga estable.
- Resguarda de la polución exterior y de los microbios que pueden resultar perjudiciales para la salud.
- Posibilita notar la temperatura exterior.
Con todos los cometidos que tiene la piel, es importante que los cuidados de la piel empiecen a ser una prioridad en tu vida cotidiana, sobre todo en épocas de cambio de estación, donde ésta puede ser más sensible por los cambios climáticos. Un claro ejemplo de ello es el comienzo del verano, época donde el sol brilla con mayor intensidad.
Efectos del sol sobre la piel
Al contrario de lo que muchos piensan, el sol en sí no es malo para la salud ya que ayuda a mejorar tanto el estado físico como el emocional de las personas. El sol estimula la circulación, refuerza los huesos, contribuye al sistema inmunológico y ayuda en la producción de vitamina D3.
Es la prolongada, y poco cuidada, exposición a él lo que perjudica a la piel y, por ende, puede poner en riesgo tu salud. Por ello, si no aplicas los cuidados de la piel necesarios que ésta nos exige para la exposición solar, podrás sufrir quemaduras, manchas desagradables, vejez temprana de la piel e incluso, en el peor de los casos, cáncer de piel.
Por todo esto te vamos a proponer una serie de cuidados de la piel para que la vayas preparando para el verano y, en consecuencia, a su mayor exposición al sol. Pese a esto no hay que olvidar que además de prepararla, después tendrás que protegerla durante los 3 meses de verano.
Cómo cuidar la piel para que llegue al verano perfecta
- Estar bien hidratado por dentro y por fuera es uno de los cuidados de la piel básicos. El agua es muy importante para que la piel se mantenga en buen estado y ayuda a que no aparezcan manchas, estrías, arrugas o celulitis.
- Cuida tu nutrición. Está claro que siempre hay que llevar una alimentación sana y equilibrada, pero durante estos meses de preparación para la exposición solar será interesante introducir alimentos en tu dieta que aporten una cantidad extra de betacaroteno, vitamina C y licopeno. Algunos de los alimentos que puedes incluir son la zanahoria, la naranja, el limón o la sandía.
- Exfolia tu cuerpo una vez a la semana, con esto contribuirás a que la hidratación sea más efectiva y, además, eliminarás células muertas y polución que se quede impregnada en tu piel. Con esto propiciarás la restauración de tu epidermis y favorecerás un buen bronceado.
- Una adecuada depilación también es un imprescindible en el propósito de cuidar la piel. Tienes que tener en cuenta que según la depilación que suelas utilizar podrás exponerte antes o después al sol o utilizar una protección u otra. Lo ideal es esperar un día o dos para exponer de nuevo tu cuerpo al sol, ya que durante este periodo tu piel se restaurará, recuperando así su estado natural.
- Escoge una buena crema solar para cuando llegue el momento de usarla, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, porque luego vienen las prisas y la elección de un protector solar adecuado es una parte fundamental de la protección.
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