Una buena alimentación baja en sal y grasas es clave para evitar el sobrepeso, aunque es necesario adaptarla a las necesidades de cada persona.
Diabetes, colesterol, sedentarismo, tabaquismo, antecedentes familiares, estrés, etc. Muchos son los factores que influyen en el incremento del riesgo cardiovascular en los que los especialistas insisten para tenerlos controlados y evitar sus consecuencias.
Aparte de los condicionamientos genéticos, otros están relacionados directamente con los hábitos de vida y, entre ellos, la dieta. Entre ellos se encuentra la hipertensión .”Es un factor de riesgo porque influye el sobrepeso. Cuando alguien tiene sobrepeso u obesidad, sobre todo en la zona central o torácica, tiene muchas más posibilidades de sufrir un episodio cardiovascular porque esa grasa ya no está protegiendo, sino oprimiendo las vísceras”, señala Yolanda Adán, nutricionista y directora técnica de la empresa Dietistas y Nutrición.
Para determinar el verdadero nivel de riesgo es necesario pasar un reconocimiento en consulta, donde con diferentes técnicas y procedimientos se miden los parámetros de grasa visceral (que deben estar entre 1 y 6). Sin embargo, hay un modo de conocer a simple vista si alguien puede encontrarse en ese grupo: la grasa en la cintura. Más de 88 centímetros en las mujeres y 102 en los hombres sería un indicador para someterse a una revisión más exhaustiva.
“Hay algunos síntomas que pueden indicar hipertensión, como la presión en la cabeza, pero son comunes a otras causas, por eso sólo puede diagnosticarse en la consulta”, explica Adán. La toma de la tensión, con valores que oscilan entre el 7 para la baja o “hipotensión” y el 12 para la “hipertensión” es el más fiable poniéndolo en relación con el volumen de sangre que tenga cada cual.
En cuanto a la alimentación, Adán explica que no existe una dieta patrón. “Hay que evitar recurrir a los regímenes de adelgazamiento que pasan de mano en mano o los consejos populares, porque lo que va bien para una persona puede no serlo para otra ya que depende de muchos otros factores como el índice metabólico, la retención de líquidos, el estilo de vida, etcétera”, explica.
Sin embargo, si que hay algunos comportamientos tipo que se pueden tener en cuenta. Entre ellos se encuentran:
No obstante, cuando todo esto falla, siempre bajo receta el médico puede recurrir a la prescripción de medicamentos como diuréticos para favorecer la eliminación de líquidos; betabloqueantes para reducir el efecto de la adrenalina en el cuerpo y la estimulación del corazón; calcio antagonistas para evitar el estrechamiento de las arterias y la contracción del miocardio; así como vasodilatadores y alcaloides totales.
Fotos: emdot via Foter.com y Dakotilla via Foter.com
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