A continuación te decimos porque es importante seguir una buena rutina de belleza y te proponemos unos sencillos pasos para llevarla a cabo.
Una rutina de belleza diaria es esencial para que nuestra piel luzca una textura aterciopelada, suave, lisa y reluciente. No hace falta que vayas a las grandes superficies a comprarte la crema más cara del mercado, simplemente con un poco de disciplina y prestando atención a los signos más visibles de tu piel lograrás incorporar este pequeño hábito a tu rutina diaria.
El día a día con sus múltiples tareas, complicaciones y obligaciones hace que dejemos en un segundo plano el cuidado de la piel. Es este frenético ritmo de vida el que hace que pienses que no se puede perder el tiempo poniéndote unas cremas, pero, ¿te has parado a pensar lo que realmente significa ese momento para ti?
Como bien sabes la cara es el reflejo del alma y por tanto hay que cuidarla como tal. Con esto no queremos decir que tengas que realizarte miles de tratamientos estéticos y que dejes tus quehaceres diarios por cuidar un poco a tu piel, solamente queremos demostrarte que con unos sencillos pasos podrás llevar a cabo una buena rutina de belleza para tu rostro y que, al fin y al cabo, eso se verá reflejado en tu alma y por lo tanto en tu manera de vivir la vida.
Lo primero de todo, tienes que tener claro que la piel absorbe toda la polución del ambiente, así que es esencial lavarla bien dos veces al día, ya que si no cualquier tratamiento que le apliquemos será inútil.
Por las mañanas lava tu cara con agua fría. Este hecho favorece la humectación de la piel, en contra del agua caliente, que puede resecar más tu cutis.
A continuación, aplica una leche limpiadora con características exfoliantes. Esta hará que se eliminen los restos de la recuperación que la piel lleva a cabo durante la noche. Digamos que durante el periodo nocturno tu piel se restaura y repara los daños sufridos a lo largo del día, lo que provoca que al despertar tengas células muertas que nuestro cutis ha ido eliminando durante la noche.
Una vez hayas limpiado tu cara, aplica una crema hidratante en función del tipo de piel que tengas.
Por las noches debes hacer limpieza de todo aquello a lo que tu piel ha estado expuesta, maquillaje, polución, condiciones meteorológicas etc.
Es por ello que debes volver a lavar tu cara y prepararla para que se vuelva a restructurar y reparar de nuevo tu cutis. Es en este momento donde mejor debes llevar a cabo tu rutina de belleza diaria ya que, como hemos comentado, tienes que proporcionar a tu epidermis todo lo necesario para que durante el periodo nocturno lleve a buen puerto su propósito.
Para la limpieza nocturna, al igual que por la mañana, puedes utilizar una limpiadora facial que quite los restos de maquillaje y que a la vez exfolie un poco, para que elimine esos residuos sobrantes del ambiente.
Después de limpiarla es esencial utilizar un tónico para estabilizar de nuevo el PH de la piel y de esta manera equilibrarla tras haber utilizado nuestro producto de limpieza cerrando los poros y ayudándola a tener un aspecto más suave.
Por último, volvemos a aplicar una crema hidratante en función de las características de nuestra epidermis, o podemos optar por una crema de noche que ayude a la regeneración celular.
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