Uno de los síntomas que sufren los pacientes de Alzheimer es la pérdida progresiva de las capacidades cognitivas. Tareas tan cotidianas como pensar, hablar, escribir, pasear o recordar empiezan a verse afectadas conforme la enfermedad va avanzando, de manera que el día a día tanto de los pacientes como de su círculo más cercano se ve afectado por la imposibilidad de realizar dichas tareas tan habituales.
Tarde o temprano, las capacidades cognitivas de todas aquellas personas que sufren Alzheimer se ven afectadas, pero lo cierto, es que existe una manera de conseguir ralentizar y disminuir los efectos que producen esta merma de las capacidades: la estimulación cognitiva.
La estimulación cognitiva es un conjunto de técnicas cuyo objetivo es conseguir una mejora de las capacidad cognitivas. Para ello, la estimulación cognitiva se basa en ejercicios y actividades pensadas especialmente para conseguir el objetivo citado anteriormente. Como puedes ver, es una estrategia que persigue un fin muy concreto, pero ello no quiere decir que únicamente se aplica a pacientes con Alzheimer. Cualquier persona que vea cómo su día a día empieza a complicarse y el recordar, hablar o incluso andar empieza a hacerse cuesta arriba puede empezar a practicar la estimulación cognitiva para mejorar esas capacidades que le van fallando. No obstante, los pacientes con Alzheimer requieren un tipo de ejercicios más específicos, ya que sus capacidades ya se han visto afectadas de una forma más grave.
Lo primero que se tiene que tener en cuenta a la hora de poner en práctica la estrategia de estimulación es saber en qué fase de la enfermedad del Alzheimer se encuentra el paciente, ya que dependiendo de si se encuentra en una u otro las capacidades que ha perdido serán diferentes.
Fase temprana del Alzheimer, la indicada para poner en marcha la estimulación cognitiva
Cuando el paciente se encuentra al inicio de la enfermedad, las habilidades que se han visto afectadas son mínimas, siendo la imposibilidad de recordar el principal síntoma que se presenta. En este momento la estimulación cognitiva es muy efectiva, con lo que se recomienda comenzar cuanto antes con ella.
Lo recomendable es realizar ejercicios que ayuden al paciente a trabajar su memoria. Para ello los juegos de memoria y los
cuadernos especialmente indicados para el Alzheimerson dos buenas ideas para poner en funcionamiento el cerebro y ayudar a que éste no caiga en un deterioro progresivo rápido. Además de trabajar la memoria, los juegos y cuadernos ayudan a mejorar el habla y la escritura de los pacientes, dos capacidades que con la enfermedad se ven muy mermadas también.
Para complementar estas dos ideas, las actividades que ayudan a situar el espacio y el tiempo en el cual viven el paciente es muy importante para hacer que éste no pierda la noción de dónde se encuentra en todo momento. No obstante, lo ideal en estos casos para mejorar la seguridad del paciente es que éste cuente con un
teléfono de teleasistencia familiar con el que contactar rápidamente con familiares y/o personas de confianza en caso de crisis graves de pérdida de memoria y/o desorientación temporal.
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